La vida es esto.
La frase la dije en la cena de Navidad, el 20 de diciembre, y Dulci y yo no podíamos parar de reír. Por lo absurda y evidente que era la idea. Y por el contexto, nada especialmente reseñable, en el que la verbalicé.
Y es que, queramos o no, la vida no pide permiso ni opinión. Hay una impersonalidad abstracta, más allá de nosotras mismas, que resulta ajena a nuestros miedos o anhelos. Que le da igual lo que digan los astros, la ropa interior que lleves o la fruta que comas esta noche. Por ella, como si te ahogas con una uva tonta.
Susana dice mucho que lo que tenga que pasar, pasará y yo, que me revuelvo contra esa idea por el componente determinista que tiene, en mis más oscuros desvelos acabo dándole la razón.
Porque lo que esté por pasar, en este mundo aleatorio en el que nos hemos visto envueltos, pasará. Aunque no seamos enteramente conscientes del proceso. Aunque no haya nadie para escuchar el árbol que cae en el bosque. Y por eso, en ese orden de cosas entonces, ¿qué puedo hacer yo? ¿Qué sentido tiene que pretenda ser o peor, que me queje? ¿Qué sentido tiene que analice y que construya?
Perfecto. Fin. Siguiente capítulo.
Dulcinea dice que 2025 es un año de cierre, que no hagamos propósitos de año nuevo aún. Lo que no sabe es que he basado mi existencia en los propósitos. No solo los de año nuevo, sino en la constante voluntad de cambio que me empuja a una especie de huida de mí misma. Un propósito de vida nueva que no termino de concretar y mucho menos, de cumplir. Que no hay manera de cerrar porque son ciclos que no sé ni cómo empezaron.
Un alumno me dijo una vez "no lo sé, seño, todo va muy deprisa" y hoy, en este cierre de 2025, en este pseudo-análisis incompleto del año yo también lo pienso.
Este año todo ha ido muy deprisa. He cerrado puertas y he abierto otras. Y alguna que debo cerrar se me ha quedado abierta y se me cuela la esperanza. Este año no me reconozco y a la vez, he sido más yo que nunca.
Pero ya está. Para bien o para mal. Cerrado por extenuación. La salida es por allí. Gracias por venir.
Mañana será otro año.
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