domingo, 5 de septiembre de 2010

Luz de luciérnaga

El tiempo desacelera pulsaciones. Los días se suceden, todos igual, todos distintos. Uno. Otro. Ha comenzado la cuenta atrás.

Es el momento de desempolvar los planes otra vez. De recoger la ilusión que sembramos en primero y que olvidamos el curso pasado. De crecer. De encarar los problemas con madurez. De recuperar propósitos. De jerarquizar. De volver a encender la luciérnaga. De compartir. De aprender y re-aprender. De luchar contra el tedio, contra la rutina, contra la enfermedad de unos y de otros, contra el miedo, contra el odio, contra la mentira, contra mí, contra ti, contra el mundo. Es hora de cambiar. De volver a escribir, que los ecos vacíos del pasado se precipitan inexorables. Es hora de seguir.

Reminiscencias de un pasado en constante latido, una eterna laguna, un charco. Y un puente para olvidar. O para cruzarlo una y otra vez. Y una sonrisa, luz de estanque sucio, luz de noches en vela. Un mundo hecho a medida. Un antes. Un centenario con una manchega. Un viaje, otro de vuelta y una filmoteca. Una amiga de libro. Otra de poemas. Un circo. Una nariz derretida. Una matrícula. Y un curso entero.

Y luz. Luz de luciérnaga.

1 comentario:

  1. "De volver a escribir, que los ecos vacíos del pasado se precipitan inexorables. Es hora de seguir."

    Sigue, sigue niña, al mundo hay que romperlo. Por todos sus bordes.

    Te acecho, más de lo que piensas.

    xaguar

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